viernes, 10 de diciembre de 2010

Desde mi butaca "Los celos, por Egoyan





La nueva película del canadiense Aton Egoyan, director de la muy interesante “El dulce porvenir”, sorprende por tratarse de un remake de la francesa “Natalie X” de Anne Fontaine, pero lo que nos deja estupefactos es como un director tan notable acaba filmando un telefilme facilón de sobremesa dominguera con reparto de lujo. Una ginecóloga empieza a sospechar de su marido, al perderse su propia fiesta de cumpleaños alegando haber perdido el avión por unos minutos. Por casualidad, la doctora conoce a Chloe, una prostituta de lujo a la que encargará comprobar si su marido le es aún fiel o no. A la salida de la sala pensaba: “Pobre Egoyan, encorsetado por un guión ajeno, el primero de su carrera, y con un lastre del original; no podía ser de otra manera, no hay buenos remakes, es muy complicado”, pero de repente un flash me vino a la cabeza, el de  “Primera plana” de Billy Wilder, remake de un film de Howard Hawks del mismo título que a su vez adaptaba una obra de Broadway y que la genialidad del director convirtió en una de las obras maestras del séptimo arte; y me di cuenta de lo decepcionante que es “Chloe” y de lo equivocado que estaba: “¡de pobre nada!”. Egoyan filma linealmente, con ritmo irregular, una historia simple que nunca nos consigue sorprender y donde únicamente se vislumbra al anterior director en su lluviosa y preciosa atmósfera canadiense y con su manejo de la sensualidad y el erotismo en las primeras citas de la meretriz. Junto a ello lo único destacable es el buen trabajo del reparto, una obsesionada Julianne Moore en el papel que interpretara Fanny Ardant en el original, una misteriosa Amanda Seyfried, que aún estando sensacional no está a la altura de su predecesora Emanuelle Béart, un sólido Lian Nelson y un chico Max Thieriot que promete mucho en los pocos planos que sale con una ejemplar interpretación de un adolescente enfrentado con su madre. Egoyan construye una cinta de secretos y engaños sobre un matrimonio que se desestabiliza, donde lo único importante son los celos remarcándolo con un nefasto final más cercano al psicokiller más adolescente que al drama romántico por el que realmente transita la trama. El realizador se pierde en su propia obsesión y encima para cerrar nos viene con una moraleja políticamente correcta. Por otro lado la fría atmósfera y la preciosísima puesta en escena nos recuerdan s que el cineasta tiene un don, y solo cabe esperar que “Chloe” sólo sea un pequeño borrón en su filmografía.


Crítica "Chloe" de Atom Egoyan.
Publicado en  "El Día Cultural" el Viernes 10 de Diciembre de 2010.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Desde mi butaca "Pesadilla Alien"





Los hermanos  Strause, más conocidos por su trabajo en el mundo de los efectos digitales (“300”, “Avatar”…) que en el de la dirección (“Alien VS Predator II”), fracasan rotundamente en una historia que remezcla varias cintas del género de invasiones alienígenas creando un refrito anodino, mal dirigido y con uno de los peores guiones del año. Una pareja viaja a los Ángeles para celebrar el cumpleaños de un amigo de la infancia convertido en un acaudalado hombre de la industria de los efectos especiales. En mitad de la noche resacosa post-fiesta, unas extrañas luces caídas del firmamento despiertan al grupo de amigos, que pronto descubren que se encuentran en medio de una ofensiva extraterrestre; acaba de comenzar la invasión de la tierra  y lo único que pueden hacer es intentar sobrevivir de cualquier manera. “Skyline” decepciona desde los primeros cinco minutos con un absurdo flashforward donde nos presentan a la insustancial y superficial pareja protagonista, en un juego rítmico en busca de tensión que no termina de funcionar, dando paso a una sucesión de insípidas escenas de acción aderezadas por criaturas sacadas de Matrix y de videojuegos como “Doom” o “Gears of War” y combinadas con unos flojos e inconsistentes diálogos que ejecutan un grupo  de caras conocidas de la pequeña pantalla entre los que se encuentran Eric Balfour (“A dos metros bajo tierra”), Scottie Thompson (“Trauma”) y Daniel Zayas (“Dexter”) que no consiguen triunfar en la gran pantalla por culpa de los banales personajes sacados de las mentes de Joshua Cordes y Liam O'Donnel, una pareja de escritores carentes de toda capacidad narrativa y cinematográfica. Colin y Greg Strause no desilusionan en su faceta de creadores de efectos, incluso sorprenden con unas impactantes y bellas imágenes de abducciones en masa, pero no merece la pena pagar por dos míseros minutos de película ¿no?; con ver el trailer de la película a la espera de cualquier otra propuesta de la cartelera, puedes hacerte ya la idea del buen hacer de estos chicos. Sin duda estamos ante una de las peores películas del año, esperemos que el género no continúe por estos derroteros y siga la estela de proyectos más interesantes como “Distrit 9” con el que la industria nos sorprendía el pasado 2009.


Crítica "Skyline" de los Hermanos Strause.
Publicado en  "El Día Cultural" el Viernes 3 de Diciembre de 2010. 

jueves, 2 de diciembre de 2010

Desde mi butaca "Extraño culebrón gótico"





En su segunda película el alicantino Eugenio Mira nos propone un romance gótico ambientado en la España del XIX con toques de thriller de espionaje, lo que choca con la campaña publicitaria en la que nos vendían una historia de terror gótico que dista mucho de lo que te encuentras en pantalla. Joana Prats, única conocedora de la fórmula de la lente inventada por su padre sufre una extraña enfermedad que afecta a su capacidad para percibir el mundo: su mente no es capaz de interpretar los estímulos auditivos y visuales que le llegan a causa de una caída en la infancia. Esta afección será usada para descubrir el secreto que sólo ella conoce a través de un maquiavélico juego de titiriteros, donde su prometido Carles y Vincent, un criado de su casa, jugarán un papel muy especial, configurando un triángulo amoroso lleno de engaños y pasión. “Agnosia” es un cuento gótico con magnífico estilo visual, excelente fotografía y cuidada escenografía que se pierde rítmicamente en su devenir entre el thriller oscuro de espías y el romance más simplón. Una chica encerrada en una casa a causa de una extraña dolencia, un secreto industrial valiosísimo y un siniestro plan para hacerse con él son tres ideas que prometen mucho pero que el guionista y crítico de cine Antonio Trashorras (“El espinazo del diablo”) se encarga de fastidiar dejándolas  de lado y volcando toda la historia en un triángulo amoroso con el que nunca consigue que empatices, lo que provoca que poco a poco el espectador se pierda ante el complejo plan al que no acaba de verle sentido. La maravillosa atmósfera y algunos elementos visuales excepcionales como las guirnaldas de colores son así lo único destacable de una película que contaba con muchos elementos para ser genial pero que se pierde en el intento para resultar un cuentecete anodino con romance de telefilm de sobremesa, aunque con una factura visual impecable. Una pena que no se juegue casi con la experiencia visual de la protagonista que solo observamos en pequeñas dosis a lo largo del film; lo que podía haber sido un elemento sorprendente se queda como mera excusa para la historia de amor. Interesante el trabajo de Félix Gómez que da vida a Vincent, un infiltrado al que sus emociones le harán perder la cabeza y el de Bárbara Goenaga, la joven protagonista, acompañados por un siempre correcto Eduardo Noriega. Esperemos que el próximo trabajo de Eugenio Mira, cuente con un gran guión y sea capaz de otorgarle un ritmo más continuo, y tendremos seguro una gran película.



Crítica "Agnosia" de Eugenio Mira.
Publicado en  "El Día Cultural" el Viernes 26 de Noviembre de 2010. 

Desde mi butaca "Cien minutos para el impacto"





Tony Scott se inspira en hechos reales para filmar una película con el único objetivo de entretener, pegándote a la butaca gracias a un estilo que lleva depurando desde hace más de veinte años en títulos como “Top Gun”, “El último boy Scout” o “Amor a quemarropa”: un ritmo acelerado que domina a la perfección con toques de humor y una exquisita  y explosiva fotografía. Hill Conson en su primer día en una compañía ferroviaria se tendrá que enfrentar al veterano conductor Frank, que lo ve como a un enemigo que hace peligrar los puestos de trabajo de los compañeros más antiguos, y a un tren que sin conductor circula a toda velocidad hacia la población de Stanton donde puede provocar una catástrofe de grandes dimensiones. El director británico, hermano de Ridley Scott (ese genio del cine de los ochenta y noventa venido a menos en los primeros años del siglo XXI), presenta una trama muy sencilla donde las relaciones personales son meras excusas para conducirnos a lo que realmente le interesa a Scott, detener ese cohete sin control que viaja por las vías a toda velocidad. “Imparable” no deja ni un respiro al espectador, que no pierde el interés en ningún momento, pero no es más que otra cinta más de acción, con un realizador encorsetado por el calificativo “basada en hechos reales” que provoca la pérdida de la exagerada potencia visual que caracteriza su filmografía. Como es habitual Denzel Washington, resulta completamente real, ejecutando un papel en el que se siente a gusto, aportando a la producción un éxito asegurado en taquilla. Chris Pine se sigue formando como actor tras su lanzamiento a las grandes producciones con el  “Star Trek”  de J.J. Abrams, realizando un trabajo respetable como el del resto del reparto, con una dulce Rosario Dawson y un magnífico soldador cowboy al que da vida Lew Temple. Está claro que este thriller no pasará a los anales de la historia del cine, pero es apasionante en su montaje y mantiene el interés durante todo su metraje. En resumidas cuentas: tan fácil de ver como de olvidar, como otras tantas películas de Tony Scott. ¿Alguien recuerda ya “Fanático” o “Superdotado en Hollywood II”?.


Crítica "Imparable" de Tony Scott.
Publicado en  "El Día Cultural" el Viernes 19 de Noviembre de 2010. 

Desde mi butaca "Thriller en la oscuridad "





Tras el éxito comercial de “El Orfanato”, Guillermo del Toro vuelve a las andadas produciendo de nuevo una película de género con un director novel. En “Los ojos de Julia” repiten tanto la actriz principal como parte del equipo técnico de aquélla, para configurar una película que se distancia mucho del terror fantástico de Bayona para adentrarse en el mundo del terror psicológico, a modo de un thriller con un estilo claramente influenciado por Alfred Hitcock con toques de Michael Powell (“El fotógrafo del pánico”). Julia al descubrir que su hermana Sara, con la que compartía una enfermedad degenerativa que las va dejando ciegas, se ha suicidado, empieza a investigar obsesivamente el suceso con la extraña sensación de que alguien, que solo ella parece percibir, tuvo algo que ver con la muerte de su gemela. Guillem Morales, con gran eficacia, juega con el espectador planteándole magníficas ideas visuales relacionadas con la visión o más bien con la falta de ella, dejando imágenes sorprendentes y sensacionales como la huída del asesino a través de un hotel pasando completamente desapercibido ante los ojos de la mismísima protagonista; pero falla estrepitosamente a mitad del metraje haciendo un cambio de ritmo y forma que resulta demasiado forzado y que no ejecuta con la misma efectividad, abusando de sustos efectistas donde sobran escenas enteras como la del congelador. El mismo Morales escribe junto a Oriol Paulo un guión lleno de escenas previsibles, personajes poco creíbles con pinceladas de romanticismo cursilón, que tiene como resultado una historia bien planteada, con buenas ideas, pero con un final demasiado rebuscado y con claros fallos de guión sobre todo en la construcción de los personajes. Belén Rueda se convierte gracias a “Los ojos de Julia” en la reina del terror patrio, realizando una correcta interpretación, pero quien destaca es el debutante Pablo Derqui, un futuro talento que no me extrañaría que acabase como candidato a los premios de la Academia, por este papel. Óscar Faura nos sumerge con la fotografía en un estado de penumbra constante que te mantiene alerta y en sintonía con la protagonista. Un film entretenido con un inicio interesante que te deja un amargo sabor de boca.


Crítica "Los Ojos de Julia" de Guillem Morales.
Publicado en  "El Día Cultural" el Viernes 12 de Noviembre de 2010. 

miércoles, 1 de diciembre de 2010

desde mi butaca "Puro cine americano"




Con “Adiós, pequeña adiós” Ben Affleck demostró que su trabajo como realizador superaba con creces a su labor como actor y es lo que ocurre de nuevo en “The town, ciudad de ladrones”, dónde dirige y también interpreta el papel principal, realizando una magnífica ejecución visual  con excelente estilo narrativo y una interpretación modesta. En Boston se producen más de trescientos robos cada año, y un barrio llamado Charlestown ha dado más ladrones de vehículos blindados y bancos que ningún otro lugar de Estados Unidos. Doug MacRay y su banda son un grupo de ellos que durante un atraco deciden tomar como rehén a la directora del banco; cuando uno de ellos se pone nervioso por lo que Claire (la directora) puede decir al FBI, deciden comprobar si puede identificarlos por lo que Doug en busca de información establece una relación con ella que le provocará plantearse su modo de vida. Una típica historia de ladrones donde los malos te caen bien, con buenas escenas de atracos, elaboradas persecuciones y  un amor imposible; un guión sólido pero poco original que Affleck consigue que pases por alto gracias a una excelente dirección de actores, un ritmo que avanza con aplomo y fluidez saltando del thriller al drama a través de los personajes y una puesta en escena y una dirección clásica sucesora de Michael Mann, puro cine americano del bueno, que en algunos pasajes parece que tenga la mano del mismísimo Clint Eastwood. Con un talento innato para dirigir, el cineasta nos trasporta a un pequeño barrio de Boston para hacer un reflejo del mundo donde vivimos y contarnos a modo de thriller con toques de drama pasional, una historia de amor, amistad, honor, policías y ladrones. Como resaltaba al inicio, el gran trabajo tras las cámaras no se repite en su actuación, que aun siendo totalmente solvente, en manos de un actor con más carisma y presencia escénica podría haber sido espectacular. Creo que haberse quedado con el papel principal ha sido su gran error; lo que sí ha sabido hacer es rodearse de un magnífico reparto con secundarios de lujo como Chris Cooper. “The town” resulta tremendamente entretenida, Ben Affleck demuestra que tiene una gran facilidad para la dirección y una sensibilidad especial para retratar a los personajes. En conjunto, la película es una buena excusa para disfrutar de unas buenas palomitas viendo unas espectaculares escenas de acción y una historia poco original pero muy bien contada.



Crítica "The Town" de Ben Affleck.
Publicado en  "El Día Cultural" el Viernes 5 de Noviembre de 2010. 

Desde mi butaca "Trágico viaje a la posguerra"




Agustí Villaronga (“Tras el espejo”, “Aro Tolbukhin. En la mente del asesino”) nos transporta en “Pan Negro” a la época de la posguerra dejando de lado tanto a vencedores como vencidos para mostrarnos una dura y oscura historia sobre la miseria humana bajo los ojos de un niño, basándose en la novela homónima del escritor Emili Teixidor. Andreu es un chaval que encuentra los cadáveres de un padre y su hijo en el bosque; al poco tiempo las autoridades acusan a su padre de dichas muertes, y él, en busca de la verdad, se enfrentará al mundo de mentiras de los adultos entremezclándolo con sus propias ideas y fantasías, pues no deja de ser un niño que cree en fantasmas como Pitorligua. La película es la trágica aventura de un niño en su despertar a la edad adulta en un mundo salvaje con la posguerra como telón de fondo y con toques de realismo fantástico en un entorno rural devastado por la pobreza. Villaronga nos lo cuenta con una magnífica capacidad rítmica y visual que demuestra desde el principio del film, con la devastadora e impactante escena del caballo que abre la película. Pese a ello la cinta no acaba de cuajar por culpa de un guión insípido lleno de tópicos sobre la iniciación sexual y la amistad que entorpecen el discurrir de la trama principal y provocan que el espectador acabe algo confuso. El director a veces logra emocionarnos gracias a un excelente ritmo de thriller psicológico, y con a veces acertadísimas interpretaciones infantiles acentuadas por la maravillosa atmósfera creada por la fotografía de Antonio Riestra y la actuación de unos secundarios de lujo como Sergi López y Laia Marull…  Eso sí, es completamente prescindible toda su parte fantástica que no aporta nada a la trama y que lo único que hace es romper la fluidez del film. En definitiva “Pan Negro” podría haber sido una tremenda y dura propuesta sobre la corrupción, pero se queda en una decentilla película que deja atisbar a un talentoso Agustí Villaronga.


Crítica "Pan Negro" de Agustí Villaronga.
Publicado en  "El Día Cultural" el Viernes 29 de Octubre de 2010. 

Desde mi butaca "Tras los pasos de Hitchcock"




Caminando  hacia el cine me iba preguntando,  ¿será capaz Rodrigo Cortés de engancharme durante noventa minutos con un tipo metido en un ataud?; pues no sólo lo consiguió sino que acabé con ganas de ver más trabajos de este joven realizador español que promete mucho. “Buried” es una sorprendente, provocadora e inquietante historia de atmósfera opresiva, la de Paul Conray, un conductor norteamericano que despierta enterrado vivo bajo el desierto iraquí sin saber porqué está allí, cómo ha llegado y si tiene la más mínima posibilidad de salir vivo de tal situación. Poco más se puede desvelar, salvo que cuenta con un mechero y un móvil con poca batería, porque lo que hace grande la película es su fórmula para provocarte la necesidad de saber más y más de lo que le acontece. Cortés filma magistralmente a un hombre dentro de una caja de madera sin sacar la cámara en ningún momento fuera del pequeño cubículo, rodando planos de situación tan sugerentes como el cinemascope de las películas del oeste, con una elevada precisión en los movimientos de cámara y una adrenalínica fluidez rítmica, generando un suspense digno del genial Hitchock. “Buried “provoca sensaciones de claustrofobia, desesperación, calma, terror… a base de no conceder ni un respiro al espectador; parece mentira que puedan suceder tantas cosas en un espacio tan reducido. Sin duda hay que destacar el buen hacer de Ryan Reynols, que lleva a cabo una sugerente y realista interpretación de un hombre desesperado; usando las exageradas palabras del director: “Reynols es… el mejor que uno puede soñar”. Es verdaderamente una gozada que tras salir de la sala, de repente te encuentres pensando, sin darte cuenta, en como han sido rodados muchos de los planos y te acabes percatando del desafío técnico al que se han enfrentado Cortés y Eduard Grau (el director de fotografía), que construyeron hasta siete ataúdes diferentes para poder generar los elaborados movimientos de cámara del film.Durante una hora y media estarás encerrado junto al protagonista en una situación límite, acabarás con un nudo en el estómago y la sensación de haber visto una coherente y personal visión de nuestra realidad a dos metros bajo tierra, con una atractiva banda sonora de Victor Reyes. Solo queda esperar el próximo proyecto de Rodrigo Cortés “Red Light” un thriller psicológico que contará con Sigourney Weaber y Robert de Niro, y que los americanos sigan financiando a directores españoles.


Crítica "Buried" de Rodrigo Cortés.
Publicado en  "El Día Cultural" el Viernes 22 de Octubre de 2010. 

Desde mi butaca "¿Nunca segundas partes fueron buenas?"



En 1987 Oliver Stone criticó dura y  ferozmente el mundo de las finanzas con “Wall Street”; más de veinte años después rescata a Gordon Gekko del olvido, para realizar una secuela, blanda y larga, de la mítica cinta de los ochenta que le valió un Oscar a Michael Douglas, contándonos una historia muy similar en las vísperas  de la gran crisis financiera. Jake Moore es un joven broker pareja de la heredera de Gekko, una hija que desprecia a su padre, al que no habla desde hace muchos años, ni siquiera cuando éste, ocho atrás, saliera de la cárcel tras acabar su condena por delitos financieros. Jake se presentará ante Gekko para unir a la familia, pero con ello desencadenará una serie de acontecimientos laborales y familiares a los que se tendrá que enfrentar. Hay dos maneras de contemplar “Wall Street, el dinero...”: desde el punto de vista del que vio la primera parte y del que no.  Para el primero, es más de lo mismo pero peor contado, sin la fuerza y la potencia de hace veintitrés años, con un final excesivamente edulcorado que manifiesta la incapacidad del director por reciclar el papel de Gekko, convirtiendo al personaje en una copia insulsa carente de la fuerza, la maldad y el atractivo del film anterior, y donde solo destacan el buen hacer y la sensualidad de la actriz Carey Mulligan que se come con patatas al veterano Michael Douglas y al joven Shia Labeouf que no acaba de despuntar. Para los espectadores que se enfrentan a la historia por primera vez, la película es correcta y entretenida con un guión didáctico, algo predecible y monótono que en manos de Oliver Stone se convierte en una dinámica narración sobre la codicia, la venganza y las altas finanzas con una magnífica fotografía, pero que acaba por transformarse en una pesadez a causa de un excesivo metraje. El realizador americano vuelve a demostrar su buen hacer pero como en muchos de sus últimos proyectos sólo eso; parece que la genialidad que tuvo en los ochenta se quedó varada en el tiempo y no ha llegado a nuestros días, por lo que os propongo una alternativa: un viaje al videoclub más cercano en busca de la “Wall Street” original. Para los que no puedan escapar al influjo Michael Douglas, espero que disfruten y que les haga tanta gracia como a mí la analogía que el director americano hace entre un cuadro de Goya y lo que nos está contando. Y respondiendo a la pregunta con la que titulo este breve texto: ésta no, pero alguna hay.


Crítica "Wall Street" de Oliver Stone.
Publicado en  "El Día Cultural" el Viernes 15 de Octubre de 2010. 

Desde mi butaca "No sólo existe Ibáñez"



“El gran Vázquez” es un divertido retrato de uno de los genios del tebeo de la editorial Bruguera, esa magnífica editorial que publicaba estupendas revistas como “Tío Vivo” que yo devoraba de pequeño gracias a la colección de mi hermano mayor que, a hurtadillas, saqueaba para disfrutar del “Anacleto” de M. Vázquez o “El botones Sacarino” de F. Ibáñez. Óscar Aibar, seducido por los dibujos de Manuel Vázquez y sobre todo por su vida, filma un homenaje al  maestro del humor y los lápices. Vázquez es un pícaro dibujante, que se dedica a vivir bien utilizando todo tipo de tretas, un moroso que de vez en cuando dibuja para publicaciones juveniles. Aibar nos cautiva con una primera parte de comedia hipnótica y alocada, retratando la inusual vida del protagonista, llena de divertidos momentos, y el modo de trabajo casi tiránico de la editorial. Pero no resuelve de la misma manera la segunda mitad;  el drama que aparece en la historia no acaba de convencer, quizás por la elección del actor, Santiago Segura, que en muchos momentos parece la más acertada pero después de ver como pincha en las escenas dramáticas te hace plantearte su presencia en la pantalla. El director recrea con maestría la España de los años 60, otorgándole unos colores cercanos al tebeo,  y con una narratividad cercana a los clásicos de la literatura picaresca española. Con un inicio magnífico donde superpone bocadillos como si nos encontrásemos dentro de una de las historias del “tío Vázquez”, Aibar nos presenta al protagonista con una fluidez insuperable en una sola secuencia, que nos recuerda al moroso del ático de “13 Rue del “Percebe” de Francisco Ibáñez. La película cuenta con unos secundarios de lujo, un irritante Alex Angulo, un atontado Enrique Villen y un espléndido Manolo Solo. Una divertida banda sonora a cargo del genial Mastretta que de nuevo da su toque para hacernos viajar a un universo desenfadado. “El gran Vázquez” es divertida y se deja ver, pero, sobre todo, puede abrir muchas mentes a la obra de uno de los grandes autores de la historieta patria, y hacer que más de uno  acabe por subir al trastero para rescatar de una vieja caja de cartón aquellos míticos tebeos de su infancia.


Crítica "El Gran Vazquez" de Óscar Aibar.
Publicado en  "El Día Cultural" el Viernes 8 de Octubre de 2010. 


Desde mi butaca "Un sórdido Darin"





Un carancho es un ave carroñera que persigue a sus víctimas a corta distancia, que es exactamente lo que hace el protagonista de la última propuesta cinematográfica de Pablo Trapero. El director argentino nos trasporta al Buenos Aires más sórdido y corrupto para hablarnos del amor y la vida, denunciando la corrupción a través de un oscuro drama de descorazonador argumento y aire desolador. “Carancho” es un retazo de la triste y emotiva vida de Sosa, un abogado venido a menos que, como ave de rapiña, estafa a las aseguradoras con falsos accidentes automovilísticos y a las personas que después de un accidente están perdidas y desorientadas. En uno de estos actos delictivos Sosa conoce a Luján, una bella doctora adicta a los tranquilizantes de la que acabará profundamente enamorado. Trapero filma con maestría una historia de cine negro llena de suspense, inbuída de una oscura y aplastante realidad que, aún excediéndose en metraje, consigue que el espectador quede atrapado gracias a una sencilla y cruda narración rebosante de realidad, acompañada de una magnífica fotografía de Julián Apezteguin. Pero la película no podría ser la misma sin los dos grandiosos protagonistas que sustentan todo el peso del relato: un Ricardo Darín fabuloso como casi siempre, comedido y ejemplar en un papel que le viene como anillo al dedo, y  una Martina Gusman espléndida, que se come la pantalla en todas sus apariciones. El último film del director de “El bonaerense” es duro, triste y  frío, con una de las mejores secuencias finales de los últimos años. Una sola pega, su ya apuntada excesiva duración. El guión de Carancho, firmado a cuatro manos, es sencillo, rápido y contundente, con un gran final,  y se apoya en enérgicos diálogos y sosegados silencios. No cabe duda que estamos ante una de esas cintas que da gusto ver, bien dirigidas y que te enganchan desde el primer minuto hasta que acaban. La historia de Trapero queda resumida en una pequeña frase que Darín dice al comienzo: “era algo simple, tenía que salir bien pero salió mal…”


Crítica "Carancho" de Pablo Trapero.
Publicado en  "El Día Cultural" el Viernes 1 de Octubre de 2010.