viernes, 26 de febrero de 2010

Desde mi butaca "LA NACIÓN QUE PERDONÓ"


Tras una larga carrera con más de treinta títulos a sus espaldas, Clint Eastwood ha dejado más que claro que sabe hacer bien su trabajo. Con su última cinta nos lo vuelve a demostrar, aunque “Invictus”, aún siendo una buena película, esté muy lejos de obras como “Sin Perdón” o “Mistyc River”, que son verdaderas joyas del séptimo arte. Al fin y al cabo, con un ritmo de film por año es lógico que no siempre esté al cien por cien. En esta ocasión Eastwood adapta el libro de John Carlin  El factor humano, basado en un hecho real, la implicación de Nelson Mandela en la copa de Rugby de 1995. Un Mandela que, recién tomadas en su mano las riendas del gobierno de Sudáfrica, una nación completamente dividida por el Apartheid, y en su búsqueda de la unidad del país, se da cuenta de que un equipo de rugby puede convertirse en el mejor aliado para encontrar la esperada reconciliación y, en consecuencia, decide ponerse como meta que la selección sudafricana gane la copa mundial del 95.
“Invictus” es una historia sobre el perdón, la paz y la superación colectiva cuyo conmovedor y épico guión cojea sin embargo en algunos puntos, no profundizando en la parte más humana de los protagonistas y pasando demasiado por encima por algunos de los personajes, como el de Pienar, capitán del equipo, que se queda demasiado plano. Morgan Freeman, que parece haberse convertido en el actor fetiche de Eastwood, realiza una actuación espléndida, con un gran trabajo sobre todo físico, en el que destaca una forma tal de andar y de moverse, que en algunos momentos hace que pensemos que estamos ante un documental contemplando al verdadero Mandela. Matt Damon, quizás por la falta de fuerza en su personaje, no está a la altura de Morgan. Lo mejor, o por lo menos lo que a mi gusto cabe destacar del film, es la trama secundaria, la relación interna del equipo de guardaespaldas del presidente, un grupo mixto de blancos y negros en el que se puede ver a pequeña escala lo que sucedía en toda la nación sudafricana. Y Eastwood ya tiene otro trabajo que se estrenará este año: “Hereafter”. Solo toca esperar que siga en tan buena racha como hasta ahora.

Crítica "Invictus" de Clint Eastwood.
Publicado en  "El Día Cultural" el Viernes 12 de Febrero de 2010. 

Desde mi butaca "LAS CATASTRÓFICAS DESDICHAS DE LARRY GOPHICK"

Cautivador y extraño es el último trabajo de los geniales Joel y Ethan Coen, un viaje relajado al universo judío nortemericano de finales de los años setenta a través de la mirada de Larry Gophick, un profesor de matemáticas al que las cosas le empiezan a ir de mal en peor. Una hija que le roba dinero, un hijo que solo le quiere para que le arregle la antena de la televisión, una mujer que le pide el divorcio y un hermano algo loco con un quiste en el cuello que debe drenar constantemente: ése es el panorama ante el que los Coen colocan a su protagonista para que empiece a plantearse el sentido de la vida. En su búsqueda de respuestas Larry pedirá la opinión de los tres más ilustres rabinos de su comunidad, que no solo no solucionarán su problema, sino que le crearán más dudas, preguntas y una sensación de que la vida no tiene sentido. Está claro que esta pareja de directores poseen un estilo muy personal y un universo único que son capaces de transmitir cuenten lo que cuenten, con un humor negro que subyace en todas sus historias.
“Un tipo serio” es una cinta sobre las relaciones entre el hombre y su yo espiritual, y sobre todo sobre la mala suerte, que en cierto modo ya es vaticinada en el sorprendente prólogo con el que los Coen inician su película, un pequeño cuento ambientado cien años antes que el resto de la trama, en el que están ya las claves con las que jugarán durante todo el metraje: la razón, la fe y la desdicha. Gracias a un ritmo sosegado y a una ambientación fría y desoladora, nos vemos transportados a una pequeña comunidad judía norteamericana donde las situaciones parecen siempre completamente absurdas a la vez que raramente reales. Y estamos ante un descubrimiento para la gran pantalla, el de Michael Stuhlbarg, que casi sin cambiar de gesto nos presenta un personaje lleno de matices. El elenco de actores es sensacional, muy apartado del star system al que últimamente nos tenían acostumbrados en sus más recientes trabajos “No es país para viejos” o “Quemar después de leer”. A destacar un Fred Melamed que da vida al  encantador y cabrón amante de la mujer de Larry. Los Coen filman una absurda, divertida y extraña historia, que bucea en su propia infancia, mostrándonos una visión irónica y a la par respetuosa de la cultura judía de la América de los setenta.


Crítica "Un Tipo Serio" de Joel y Ethan Coen.
Publicado en  "El Día Cultural" el Viernes 5 de Febrero de 2010. 

Desde mi butaca "¡HOLMES HA VUELTO!"

Sherlock Holmes, o la máquina de observar y razonar más perfecta que el mundo ha tenido, brotó de la imaginación del escritor británico Arthur Conan Doyle, apareciendo por vez primera en la novela “Estudio en Escarlata”. Más de cien años después, Guy Ritchie recupera al personaje para la gran pantalla. Con un ritmo trepidante, sin apenas descanso, Ritchie actualiza, para bien o para mal, un personaje clásico, el detective por excelencia, convirtiéndolo en un héroe de acción que sabe usar a la perfección tanto el cuerpo como la mente. Estamos ante un Holmes más enérgico, visceral y físico que recuerda más al Sherlock de la fantástica serie de dibujos de Miyazaki que al original literario, pero que mantiene la esencia del personaje de Conan Doyle. El malvado y siniestro Lord Blackwood, apresado por Holmes y Watson a causa de una serie de asesinatos rituales, es condenado a muerte, mas antes de morir asegura que los crímenes no cesarán. Tras su ejecución, Blackwood regresará, inexplicablemente, de entre los muertos; ello conducirá a la pareja detectivesca al Londres más misterioso y sobrenatural en busca de la verdad.
Gracias a la neurótica cámara, que nos transmite una sensación de aventura en primera persona, y a las secuencias de cámara lenta y repetición que el director maneja a la perfección, el espectador no despega el ojo de la pantalla en todo el metraje por no perderse ningún detalle, tanto de las escenas de pura investigación como de las secuencias de acción, tan abundantes en la cinta. Robert Downey Jr. mantiene en su interpretacion de Holmes el nivel al que nos tiene acostumbrados, realizando un trabajo excepcional en la  confección de un personaje que desborda carisma y presencia y  del que te prendas desde su primera aparición; Jude Law, que da vida al Dr. Watson, aún ejecutando una perfecta interpretación, no está a la altura de su compañero. La película se aleja de las historias detectivescas con largos monólogos explicativos de la investigación, mutándolos por diálogos rápidos y simples, casi más de comedia que de cine de intriga o de acción. El Londres de finales del  XIX se abre ante nuestros sentidos como un lugar sucio, en construcción, de una realidad abrumadora, en un recorrido que salta de los bajos fondos a los lugares más elitistas, como el Parlamento. Ritchie vuelve a sorprendernos, como ya hizo con “Snack, cerdos y diamantes” - aunque parecía perdido desde entonces, resucitó con “Rockandrolla” -  y regresa a primera línea con "Sherlock Holmes" y como deja entrever, al final del film, puede que nos sorprenda con una secuela.


Crítica "Sherlock Holmes" de Guy Ritchie.
Publicado en  "El Día Cultural" el Viernes 29 de Enero de 2010. 

Desde mi butaca "UNOS OJOS CAUTIVADORES"

Gracias a las nominaciones de los Goya, regresa a las pantallas de las salas de exhibición la magnífica “El secreto de sus ojos”, del director argentino Juan José Campanella, que opta a nueve premios de la Academia. Campanella, al que todos recordaréis por “El hijo de la novia”, desarrolla en ella una historia sobre el tiempo perdido, a través de una trama de cine negro donde los sentimientos son más importantes que la pura intriga policial.
Su protagonista - Benjamín Expósito, encarnado por Ricardo Darín - decide al jubilarse convertirse en escritor y comienza a trabajar en una novela sobre el sumario judicial que le marcó hace más de veinticinco años, un brutal caso de asesinato que le conmocionó y le cambió la vida. El viaje de un perdedor a lo más profundo de su ser entrelazado con un suceso criminal que provocará que, abriéndole los ojos y dándole otra oportunidad, Expósito se rebele (al tiempo que, también, se revela a sí mismo) ante su propia forma de ser. No es de extrañar que esté nominada al premio al mejor guión adaptado, porque lo que hace grande a la película es justamente eso: el sólido guión con el que cuenta, que entremezcla misterio, suspense y romance a través de unos diálogos ágiles e increíblemente cautivadores.
La cinta tiene un elenco espectacular, encabezado por el siempre genial y creíble Darín, que lleva todo el peso saliendo en prácticamente todos los planos, aunque es destrozado cada vez que sale a escena por  Guillermo Francella, en el papel de Sandoval, el compañero gracioso y borracho del protagonista; claro que no desmerece tampoco la interpretación de Soledad Villamil, de la que acabas completamente enamorado.
El final, aunque casi esperado, es, valga la paradoja, sorprendente, por la dirección sobria y carente de efectismos con el que es resuelto. Nos encontramos ante una obra de una alta calidad que es merecedora de todas sus nominaciones, aunque resulta extraño que pueda ser premiada a la vez como mejor película y mejor película extranjera de habla hispana, pero estas cosas ocurren. Os recomiendo que no dejéis escapar esta nueva oportunidad, que se nos ofrece de disfrutar de unos excelentes 125 minutos.


Crítica "El Secreto de Sus Ojos" de Juan José Campanella.
Publicado en  "El Día Cultural" el Viernes 22 de Enero de 2010. 

Desde mi butaca "CRUEL REDENCIÓN"

Michael J. Basset realiza en estapelícula una adaptación del personaje literario "Solomon Kane", ideado por el escritor Robert E. Howard, el creador del mítico “Conan” que fue llevado al cine por John Millius, en una fabulosa película, halla por los años ochenta. Nos encontramos ante un film inmerso en lo que se denomina género de espada y brujería, ambientado en el siglo XVI, en una lúgubre y decadente Inglaterra. Solomon es un guerrero violento y sanguinario, que al enfrentarse a un demonio que viene a por su alma, decide iniciar un camino de redención a través de la paz y la fe. El destino sin embargo le tiene dispuesto otro sendero hacia la salvación, aunque, paradójicamente, sea mediante lo que mejor sabe hacer, luchar.
Basset nos presenta un proyecto de “Serie B”, bien dirigido y mejor ambientado, que se gasta todo su presupuesto en el inicio y en un monstruo final fantástico pero que no permanece en pantalla ni unos míseros cinco minutos; mas he aquí que quizá ese ¿problema presupuestario?, sea el responsable de su mayor virtud, ya que al no poder abusar de los efectos digitales, éstos dan paso al látex y al maquillaje, que a un servidor siempre le provocan una mayor sensación de realidad y da un mejor  empaque a los personajes de carne y hueso.
El personaje principal recae sobre los hombros de James Purefoy, al que probablemente recordaréis por su papel como Marco Antonio en la serie Roma de la HBO que emitió la Cuatro por televisión. Purefoy ejecuta un trabajo lleno de altibajos, que recuerda en demasia al de Hugo Jackman en "Vall Helsing" de Stephen Sommers. El problema no creo que sea suyo sino del pobre guión, que carece de originalidad, tanto es así que uno de los malos, el esbirro número uno del gran perverso, no sería otro que Darth Vader a caballo y con máscara medieval. La cinta crea no obstante una cautivadora atmósfera, que te transporta a una tierra deprimente y gris, donde la humedad y el frío son perpetuos.
Una obra, pues, entretenida aunque el cierre final sea un poco insatisfactorio.

Crítica "Solomon Kane" de Michael J. Basset.
Publicado en  "El Día Cultural" el Viernes  15 de enero de 2010  .